Física en el gimnasio

[Noticia aparecida en Diario Sur]

Estudiantes del Colegio de Gamarra comprueban en Inacua los mecanismos de poleas y engranajes en una particular clase de Tecnología

Francisco Gutiérrez, Málaga. [@pacogutisur]

Clara tira con fuerza y va levantando en cada intento un kilo más, hasta que ya le fallan las fuerzas. Gracias al mecanismo de poleas, ha conseguido levantar el doble de peso que hizo en otro ejercicio anterior, solo con pesas y su propia fuerza, sin ayuda de mecanismos. «La fórmula de las poleas funciona», dice su compañera Patricia Gómez. Otro alumno del Colegio de Gamarra, Francisco Muñoz, asegura que es una actividad «interesante, algo diferente, mucho más entretenida». En su caso, levantó 12 kilos, y en el mecanismo de polea ha conseguido subir hasta 30.

Es simplemente física. El profesor de Tecnología, Alan Antich, les explica que ya los romanos utilizaban esos mecanismos de poleas para levantar grandes pesos en sus construcciones de puentes o acueductos. Y hasta ahora. El aparato con el que han trabajado en la sala de Inacua tiene una polea fija y otra móvil, y se puede usar para valorar la diferencia de esfuerzo al levantar peso en función del tipo de polea.

«En el libro de Tecnología hay un tema sobre mecanismos y se estudian, entre otras cosas las poleas y engranajes. Pero para poder comprender las ventajas del uso de las poleas en el libro viene poca cosa, las fórmulas matemáticas y poco más». Es así como plantea la materia de manera mucho más práctica, que es también más asequible para los alumnos: en el gimnasio del centro Inacua pueden comprobar de manera práctica cómo funcionan todos estos mecanismos. Y hasta allí se trasladaron los alumnos del Colegio de Gamarra hace unos días para una clase de Tecnología muy especial, muy pegada a la práctica.

Reducir esfuerzo

Aunque se han utilizado a lo largo de la historia de la humanidad para reducir el esfuerzo en los trabajos físicos, el caso es que con la explicación no es suficiente. Ellos «eso no lo ven, no entienden ese esfuerzo o ahorro de trabajo usando poleas por mucho que se lo cuenten», comenta el profesor. «Para que lo vean, pensé que los gimnasios son lugares cotidianos donde hay máquinas con poleas, y que podíamos comparar los esfuerzos a la hora de levantar un peso sin usar poleas, con pesas normales, y luego irnos a una máquina y levantar ese mismo peso usando poleas».

El profesor les preparó para la ocasión un cuaderno de actividades en el que fueron calculando la fuerza necesaria para levantar distintos pesos usando poleas o no. Acudieron al gimnasio con su cuaderno y calculadoras e hicieron los cálculos allí mismo. Y vieron la diferencia. «El profesor nos explicó las fórmulas en clase, y así hemos podido aplicarlas sin grandes dificultades», señala Patricia Gómez.

Sorprendida de su fuerza

Otra alumna, Inmaculada Guzmán, se muestra sorprendida de la fuerza que ha podido genera por sí misma. Depende, eso sí, del tipo de maquinaria utilizada, pero ha podido levantar mucho más peso del que podía imaginar. Claro, con la inestimable ayuda de la física.

Alan Antich explica que en el colegio han apostado por ir introduciendo dinámicas de trabajo cooperativo, que fomenten que los alumnos se apoyen entre sí para resolver sus problemas, que tengan objetivos de aprendizaje compartidos y que repartan esfuerzos para solucionar los diferentes retos que se encuentren durante el curso.

Después de la clase práctica, algunos pudieron jugar al pádel. «Luego me decían que iban a empezar a practicarlo», dice el profesor, que agradeció a Inacua su colaboración. «La relación entre deporte y educación creo que es muy interesante y necesaria», sostiene Alan Antich.